Pentecostés es una fiesta de la Iglesia universal mediante la cual se conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, se celebra cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo. (Hechos 2, 1-11).

El Espíritu Santo según el catecismo de la Iglesia Católica es la “Tercera persona de la Santísima Trinidad”. Es decir, habiendo un solo Dios, existen en El tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Al Espíritu Santo se le representa de distintas formas:

• Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu santo en el bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

• Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo, (en el sacramento de la confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Dios).

• Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

• Nube y Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para “cubrirla con su sombra”. (En el Monte Tabor, en la transfiguración, el día de la ascensión aparece una sombra y una nube).

• Sello: Es un símbolo cercano a la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

• La Mano: Mediante la imposición de manos, los Apóstoles y ahora los Obispos trasmiten el “don del Espíritu”.

• La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre El.

El Espíritu Santo nos regala sus dones (7) y distintos carismas, sus siete dones son:

• Sabiduría: Nos hace entrar en las profundidades de Dios. Por la naturaleza podemos ver a Dios, nos lleva a conocerlo y que se nos quede en la mente.

• Inteligencia: es la luz intelectual para entender las cosas de Dios, vamos entendiendo con la mente, lo vamos intelectualmente dirigiendo.

• Consejo: Es para saber qué hacer en nuestros momentos de miedo. Tenemos que desarrollarlo, pedirle al Espíritu Santo el don del consejo para saber con certeza lo que debemos hacer; sobre todo en circunstancias difíciles, en las que no bastan las luces de nuestra prudencia humana.

• Fortaleza: Por lo general no es que seamos malos, pero sí muy débiles. Queremos ser pacientes y nos domina la ira, queremos ser constantes pero abandonamos lo emprendido, queremos ser cumplidos y a todos les fallamos, queremos ser castos y no siempre lo logramos, queremos ser serviciales y somos egoístas.

• Ciencia: Es la capacidad de descubrir a Dios a través de las circunstancias y de todo lo creado.

• Piedad: Nos ayuda a intensificar la relación con Dios, hecha de agradecimiento, cariño, ternura, benevolencia y disponibilidad.

• Temor de Dios: Tener miedo de nuestras debilidades y no poder corresponder al que nos ama.

Carismas

(1 Corintios 12, 4-11)

El Espíritu Santo a habitado en nosotros desde nuestro bautismo, ya que antes de ello no somos hijos de Dios, es decir, solo somos criaturas o creaciones de Dios.

Al momento de ser bautizados y llamados “Hijos de Dios”, debemos mantener al Espíritu Santo vivo en nosotros, ya que somos templo vivo del Santo Espíritu, varias formas o consejos de que este siempre con nosotros son las siguientes:

• Proclamando que el Espíritu Santo venga a nosotros.

• Evitando a toda costa el pecado.

• Recibiendo constantemente la Eucaristía.

Algunas de las muchas formas en que lo alejamos son:

• Haciéndonos tatuajes o perforaciones riesgosas.

• Estando en un estado de vicio (alcohol, drogas, pornografía, masturbación, teléfono celular, video juegos, etcétera).

• Cayendo totalmente en el pecado

Jesús mismo nos dice sobre evangelizar en la cita “Mateo 10, 16-20”.

En Pentecostés no solo debemos incluir a Dios y/o al Espíritu Santo, sino también a la Virgen María. Ya que evidentemente comprendió mucho más que nosotros en el orden del Espíritu, porque dice Santo Tomas de Aquino “La luz profética que le regalo un conocimiento mayor de las cosas de Dios”.

“Penetrados por el Espíritu de amor, podemos ser signos e instrumentos de Dios que ama, que sirve, que dona la vida”.

– Papa Francisco.

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