
Objetivo
Que la comunidad conozca a la Santísima Trinidad, tenga una experiencia personal de su amor y lo manifieste en su vida con una inmensa alegría.
Introducción
Levanten la mano para responder esta pregunta: ¿quién de ustedes estuvo en TIC hace exactamente tres años? (Pausa incómoda). Este tema lo dí hace tres años, pero cuando lo vi dije: “¡Qué ñoño!”. ¡Imaginen a Ricardo diciendo eso! Por eso quise volver a hacer este tema, porque es importante saberlo, pero más lo es vivirlo. Veremos a la Santísima Trinidad como misterio central de nuestra fe y conoceremos a cada una de las Personas divinas. Pero luego veremos lo mejor: el amor Trinitario y finalmente, a la luz de la Palabra de Dios, de la invitación del Papa y siguiendo el ejemplo de María, descubriremos cómo hacer del amor Trinitario una experiencia personal en la vida.
Desarrollo
¿Qué es la Santísima Trinidad?
La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe y vida cristiana (CIC 234). Somos bautizados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt. 28. 19). Es decir, se dice “el nombre” y no “los nombres”. Por lo que hablamos de un solo Dios que es uno y trino. Es un misterio de fe estrictamente y no se puede conocer, sino revelado de lo alto (CIC 237).
Tarea: Leer el CIC 232 al 267.
El Padre
En la Biblia encontramos como a Dios se le llama “Padre”, tanto como Creador del mundo (Dt 32, 6) o Padre de Israel (Ex 4, 22) pero también padre de los pobres, las viudas y huérfanos (Sal 68, 6). (CIC 238).
Jesús llamaba a su padre “Abba”, que significa “papa” pero de cariño, sería como nosotros de niños decíamos “papi” o “papito” (Mt 6, 9). A decir verdad, Jesús nos invita a tratar a Dios no sólo como su Padre y como un Dios lejano, si no a tratarlo como papá nuestro. “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11, 27). (CIC 240)
El Hijo
Jesús de Nazaret es el Hijo, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Jesus es el Maestro y el Señor, quien por medio de signos y milagros y en especial a través de la Resurrección, los discípulos se dieron cuenta de quién era y lo adoraron como el Señor, y esta es la fe de la Iglesia. (Jn 13, 13; Hch 4, 12).
En el 241 del CIC encontramos que los Apóstoles confiesan a Jesús como “el Verbo que en el principio estaba junto a Dios y que era Dios” (Jn 1, 1), la imagen del Dios invisible (Col 1, 15) y el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia (Hb 1, 3).
En el 242 (CIC) vemos que la Iglesia confesó en el Concilio de Nicea que el Hijo es “consubstancial al Padre” y lo vemos en el credo Nicenoconstantinopolitano “Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre”.
El Espíritu Santo
En CIC 244 vemos que el Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia por el Padre en nombre del Hijo y por el Hijo en persona una vez que vuelve junto al Padre (Jn 14, 26; 15, 26; 16, 14). La plenitud del misterio de la Santísima Trinidad se revela en Jn 7, 39, es el envío del Espíritu tras la glorificación de Jesús.
El Espíritu Santo ha actuado desde la creación (Gn 1, 2), después actuó por medio delos profetas y ahora junto y en los discípulos (Jn 14, 17; 14, 16 y 16, 13). (CIC 243)
El Dogma y fiesta
En CIC 253 y siguientes, vemos donde se concentra el dogma: la trinidad es una, no confesamos tres dioses, sino un solo Dios en tres personas.
En el 254 encontramos que las Personas divinas son distintas entre sí. En el texto del Concilio de Toledo XI encontramos: “El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo”. Lo podemos complementar con los textos del Concilio de Letrán: El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede”.
La Unidad divina es Trina. (CIC 254). La fiesta de la Santísima Trinidad es el primer domingo después de Pentecostés.
Obras de la Trinidad
La creación: CIC 290 - 292
En Col 1, 16 - 17 vemos que todo lo que existe fue creado por el Verbo Eterno, Hijo amado del padre, por él y para él y existe con anterioridad a todo (Jn 1, 1 - 3). La fe también afirma la acción del Espíritu como “dador de vida”.
La resurrección: CIC 648 - 650
San Pablo insiste en que la resurrección es manifestación del poder de Dios, por la acción del Espíritu Santo que ha vivificado la humanidad muerta de Jesús y la ha llamado al estado glorioso del Señor (Rm 6, 4; 2 Co 13, 4; Flp 3, 10; Ef 1, 19-22; Hb 7, 16) (CIC 649).
La liturgia: CIC 1077 - 1112
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13,13; cf. 1 Co 12,4-6; Ef 4,4-6).
El amor de la Santísima Trinidad
Dios me ama como Padre, Dios me ama como el Hijo y me ama con el Espíritu Santo. Tres amores diferentes en un solo Dios.
Amor del Padre: corregirnos
El amor es expresado en la corrección. No nos gusta a nadie que nos corrijan, sin embargo es una forma muy clara de demostrar el amor. (Hb 12, 5 - 6). Dios precisamente porque nos quiere nos dice “no”. (1 Cor 3, 16) Si tenemos a Dios en el corazón, ese amor se tiene que dar. Este “no” procede del amor.
Pero para nosotros aceptar esta corrección, es decir, para obedecer, es importante conocer al que nos corrige.
Amor del Hijo: perdonarnos
Jesús me ama y me perdona. Jesús tiene el poder de perdonar los pecados (Mt 9, 6). Lo más hermoso de la vida es sabernos y sentirnos perdonados. La mejor experiencia es sentir el abrazo del amor de Dios. La Trinidad obra el perdón en nosotros a través de Jesús.
A veces hay pecados que confesamos y confesamos porque no nos sentimos perdonados. Es importante reconocer que Dios nos perdona. No hay pecado que Dios no pueda perdonar. Es importante sentirnos perdonados y así nosotros perdonar a los demás.
Amor del Espíritu Santo: vida eterna (Jn 4, 14)
El amor de Dios se transforma en una vida maravillosa (Ez 47, 1ss). El Espíritu Santo produce el cielo en el alma: alegría y paz. Y a donde vayamos llevamos alegría y paz. El corazón se convierte en paraíso y convertimos nuestro entorno en paraíso: nuestra casa, oficina, la facultad, etc. Nuestras acciones y palabras se convierten en fuente de amor
Tarea: Leer Ezequiel 47.
Mi vida en la Santísima Trinidad
Dios nos ama de estas formas para que lo compartamos con lo demás: para que corrijamos con amor y sepamos que cuando nos corrigen procede del amor, para que nos sintamos perdonados y nosotros seamos también misericordiosos y para que llevemos la alegría y la paz del Evangelio a los demás.
Invitación del Papa
Durante el rezo del Ángelus, el domingo 11 de junio del 2017, el Papa en la Basílica de San Pedro nos adentra en el misterio de la identidad de Dios. El Papa menciona las palabras del apóstol San Pablo (2 Cor 13, 13) como producto de su experiencia personal del amor de Dios y nos invita seguir su ejemplo con alegría y deseo de alcanzar la santidad: «alegraos; sed perfectos; animaos; tened un mismo sentir, […] vivid en paz» (Papa Francisco, 2017).
María y la Trinidad
María es el modelo que la misma Trinidad pensó desde toda la eternidad (Caro, 2011). El proyecto de salvación de Dios llegó a su punto importante con María cuando envió por medio del Espíritu Santo a su Hijo para que “todo aquél que crea en él tenga vida y en abundancia” (Gal 4, 4; Jn 3, 10; 10, 10).
“En palabras de San Agustín, diríamos que el Verbo, sin dejar de ser lo que era (Dios eterno con el Padre y el Espíritu Santo), comenzó a ser lo que no era (humano, igual en todo a nosotros, excepto en el pecado). Si alargamos un poco nuestra contemplación hasta el momento preciso de la encarnación podríamos gozarnos interiormente en este misterio por el cual el Eterno comienza a vivir y a crecer en el seno de María Santísima.”
P. Ernesto María Caro (2011)
El proyecto de Dios se realiza entre la Concepción y Pentecostés y María estuvo presente en ambos sucesos, con un papel fundamental: intercediendo por nosotros como en las bodas de Caná. María intercede y es modelo de todos los que buscan con todo su corazón seguir la voluntad de Dios.
Conclusión
La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe. No confesamos tres dioses, sino sólo Uno en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres son un sólo Dios y reciben una misma adoración y gloria pero son distintos entre sí. La Santísima Trinidad es amor, y cada una de las Personas de la Santísima Trinidad me ama de una forma particular y me invita a amar así a los demás. El Papa nos invita a hacer personal esta experiencia del amor de Dios como San Pablo y vivir en alegría y ser santos. Para lograrlo podemos tomar el ejemplo de María Santísima y su cercanía con la Trinidad y podemos pedirle que interceda por nosotros y nos ayude a ser tan cercanos a la Trinidad como ella.
Referencias
Caro, E. M. (2007). Podcast de la semana: El amor Trinitario. Evangelización Activa: https://www.evangelizacion.org.mx/podcast/index.php?ref=ADn70S8w4vT80OyVNc44bPgd98qU6o
Caro, E. M. (2011). María y la Trinidad. Evangelización Activa: http://www.evangelizacion.org.mx/biblioteca/index.php?i=cjh63gqrdngdyuakxw2i8
Caro, E. M. (2012). Podcast de la semana: Dios es familia. Evangelización Activa: https://www.evangelizacion.org.mx/podcast/index.php?ref=cv9qzt32fyd48iwmz0uai17
De Juana, A. (2017). El Papa en fiesta de la Santísima Trinidad: Dios es amor que redime y da vida. Aciprensa: https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-en-fiesta-de-santisima-trinidad-dios-es-todo-y-solo-amor-que-redime-18325
Papa Francisco. (2017). Ángelus - Solemnidad de la Santísima Trinidad. https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2017/documents/papa-francesco_angelus_20170611.html
Vatican.va (2018). Catecismo de la Iglesia Católica. http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html